La historia de este ministerio es de dedicación, valor, sacrificio, amor y milagros. Comenzó en Buenos Aires, Argentina en 1966 cuando su fundador, un misionero con diecinueve años de experiencia en el campo, comenzó a rezar la oración que Jesús nos dijo que oremos: “Envía obreros a tu mies, Señor”.

Las multitudes de almas perdidas se habían convertido en una preocupación tan grande en su corazón, y tan pocos habían escuchado el Evangelio, que ella comenzó a llorar, pidiéndole a Dios que enviara a las mujeres a los campos de cosecha. La hermana Gwen, como la conocen miles, vio que, a pesar de la gran necesidad de predicadores del Evangelio en las naciones, muy pocos respondían a la llamada. Hubo una falta de hombres y mujeres dedicados. Ella vio cuán sobrenaturalmente Dios la estaba usando. Si los hombres no quisieran ir, seguramente debe haber mujeres como ella que estuvieran dispuestas a dedicar sus vidas a Dios y vivir la vida de fe y obediencia para que las almas se salven. Ella comenzó a rezar mientras regresaba a Oriente, su base de operaciones.

Después de cuatro años de oración, Dios comenzó a llamar a las mujeres a trabajar con el nuevo ministerio que ella había fundado, llamado “Las Doncellas del Tiempo del Fin.” El nombre, que uno debe admitir es único, es uno muy escritural basado en Joel 2:28 -29 y Hechos 2: 17-18. Al principio, la visión del ministerio fue solo para ayudar a las mujeres a encontrar el llamado de Dios sobre sus vidas y su nicho en el plan de Dios. Pero pronto la parte restante del versículo también se hizo realidad (“Y sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré en aquellos días de mi Espíritu, y profetizarán” (Hechos 2:18), cuando Dios comenzó a traer a sus sirvientes, los hombres. Luego, los niños también quisieron ser incluidos junto con mamá o papá y mamá, por lo que también fueron aceptados como miembros menores de este ministerio familiar.

Hoy el ministerio ha crecido para incluir muchas facetas diferentes. Siendo un ministerio que se basa en la oración y el ayuno, ha mantenido la visión original de su fundador, que es “misiones”. Todo el ministerio se centra en Cristo Jesús, con una visión misionera para las naciones del mundo.

A medida que el ministerio continuó expandiéndose, se sintió la necesidad de tener compañerismo y una estrecha coordinación entre los miembros en diferentes áreas. Estos grupos se conocieron como “Sucursales”. Cada Rama local coloca, después de la oración, entre tres y cinco de sus propios miembros en un puesto de liderazgo y responsabilidad. Se han convertido en poderosos centros de oración y ayudan a vincular uno de los aspectos más esenciales de este ministerio de oración intercesora.